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¿Cómo persuadir a los lectores y convertirlos en clientes?

Autor: Leonardo Bracho

El arte de la persuasión se remonta a años de historia, donde la humanidad la ha catalogado como un modo eficaz para la obtención de planes y estrategias pensadas a largo plazo. Es por ello que se ha convertido e instaurado como una medida óptima para introducir mensajes dentro de la sociedad.

Se entiende la persuasión como la implementación de técnicas y códigos en  mensajes para lograr un cambio en la actitud, apuntadas a los deseos del creador en pro de sus objetivos concisos. Una postura sólida logra inyectar motivos que brinden respuesta al modo de actuar de las personas, sin caer en el rebuscado término de la manipulación. 

Bajo los parámetros de la era digital y la publicidad, la aplicación de estas medidas marcan un paso en la dirección correcta ante un mercado basado en la competitividad y el punto óptimo de partida nace desde las propuestas textuales. El manejo correcto del mensaje dentro de los negocios influye en un mayor número de ventas, nueva audiencia, mejor relación con el público, más comprensión y, sin duda, una mejor relación.

Es por ello que dentro de los textos persuasivos el primer paso debe verse en la audiencia: contar con el pleno conocimiento de las características del público objetivo, marcar datos del target y los metas que se desean cumplir con ellos. Conocer a los potenciales clientes cumple una vital importancia para sondear los caminos correctos de abordar los gustos y necesidades.

Existen características claves dentro de los textos persuasivos que los conllevan a ser una técnica exitosa. Este medio, que se perfila a ser la de mayor empleo dentro del marketing actual, cumple con los siguientes parámetros:

Argumentos sólidos: El principal conducto para convencer al lector son las fuentes de información óptimas  que complementan los ideales, productos, servicios y planes. 

Intención: Marcar el sentido de la nueva ruta afianza el uso de nuevas conductas, pensamientos y actitudes, además de teñirlo con un mayor valor propio e intrapersonal.

Persuasión racional: De forma clara y precisa difundir el objetivo principal informativo logra confirmar las propuestas iniciales y responder ante ellas.

Persuasión emocional: un viaje al interior de la emoción es posible con el correcto enunciado optando por impactar en la emotividad y afianzarlos en base a los valores, deseos e ideologías del público.

Impacta con un mensaje claro y preciso, logra ser objetivo sin olvidar el perfil emocional, opta por un método informativo que resulte prometedor, proyecta una visión convincente y segura que lo convierta en llamativo y que, sin duda, sea con base a la persuasión para asegurarle a los lectores un espacio confiable como nuevos clientes. 

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