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Las relaciones positivas son aquellas que permiten o que facilitan el bienestar y el florecimiento de los individuos, estas relaciones suponen habilidades de empatía, cooperación y compromiso por el bienestar de los demás, las cuales favorecen el desarrollo de fortalezas personales, proporcionan apoyo emocional e instrumental ante situaciones estresantes y contribuyen a la competencia social.
Un nivel óptimo de relaciones positivas con los demás implicaría obtener relaciones estrechas y cálidas con los demás, preocuparse por el bien de los que nos rodean, ser más empáticos, afectuosos e íntimos. Por otro lado, poseer un bajo nivel en las relaciones positivas con los demás implicaría un déficit en el afecto, la intimidad y la empatía; por tanto nos costaría relacionarnos, abrirnos, confiar y mantener relaciones.
Si existe una fórmula infalible para crear relaciones positivas es dejar de intentar cambiar a los demás. Cuando las personas aceptan a quienes se encuentran en el entorno en el que se desarrollan, es menos probable que caigan en depresión y establezcan lazos genuinos.
Son varios los beneficios que pueden traer a un individuo el tener relaciones positivas y entre los más destacados están:
- Facilita el establecimiento de relaciones amistosas.
- Permite que cada individuo se sienta satisfecho.
- Disminuye el cansancio mental.
También, es la oportunidad de tener una comunicación más empática, tanto con los del círculo familiar como en el laboral. Hay quienes pasan más de ocho horas al día en el trabajo y las relaciones positivas en él pueden lograr crear un ambiente laboral holista. Quienes las logran pueden evitarse el estrés y los problemas entre compañeros.
